Llega el fin del verano y con la vuelta a la rutina te das cuenta que has ganado peso. Y es que la combinación de tapas + tumbona no han ayudado en la difícil tarea de mantenerse en forma. Llegado el decidido momento de devolver esos kilos de más al lacrado cajón del olvido, regresa una vez más como si del otoño se tratase, la idea de hacer dieta. Pero ten en cuenta algo: para hacer dieta no es necesario pasar hambre.
- Bebe un baso de agua nada más levantarte. Eliminará las toxinas acumuladas durante el sueño.
- Antes de desayunar realiza ejercicio ligero. Unas abdominales, un paseo por la playa... el estómago, al encontrarse vacío, tira de la grasa acumulada en busca de energía.
- Desayuna bien: un buen zumo, un yogurt, cereales o pan integral y té o café.
- Si te es posible, vete andando al trabajo. Además de sentirte mejor, perderás peso y ahorrarás dinero.
- Evita el ascensor de tu edifico siempre que puedas.
- Entre horas bebe mucha agua, toma té e ingiere todas las frutas que quieras.
- Antes de comer bebe uno o dos vasos de agua. Con el estómago más saciado, comerás menos.
- De postre: yogur natural sin azúcares añadidos, fruta o sorbetes naturales.
- Si puedes, duerme siesta. Y 30 minutos serán suficientes para relajarnos y rebajar la ansiedad, responsables, en parte, del sobrepeso.
- Haz la compra después de comer. Evitarás caprichos innecesarios y ahorrarás dinero.
Como puedes comprobar, se trata de pequeños trucos nada dificultosos. Se trata de incentivar pequeños hábitos con los que en pocos meses podrás haber perdido un par de kilos de más sin necesidad de ceñirte a estrictas y sacrificadas dietas. ¿Tienes algún truco más para rebajar los excesos?
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