De sobra sabes que hacer ejercicio es excelente para la salud, previenes determinadas enfermedades, te mantienes en forma y te sientes mejor. Y lo mejor de todo es que siempre estás a tiempo de comenzar a ejercitarte, tengas la edad que tengas y, aunque te encuentres en situaciones con características específicas.
Sin embargo, no son pocas las personas que deciden comenzar a llevar a cabo actividad física y, por falta de motivación o desidia, fracasa en el momento de llevar a cabo cierta constancia.
Por eso, te vamos a dar 6 consejos para levantar esa motivación y no caer en la falta de esfuerzo.
1. Piensa en el placer que sientes tras hacer ejercicio. De manera normal, alguien que hace ejercicio se siente bien, con fuerzas renovadas para afrontar los retos próximos.
2. Márcate pequeños objetivos, semanales por ejemplo y cuando los hayas logrado prémiate. Esa pequeña recompensa puede motivarte en el día a día y hacer que el ejercicio suponga ser un premio y no un sacrificio.
3. Házlo con algunos de tus amigos, o simplemente con personas con afinidades u objetivos similares, puede ser una gran motivación. También puedes probar con actividades en las que luches contra tus propias habilidades o contra las de otra persona. De este modo supondrá ser algo divertido.
4. Inscríbete en un gimnasio o centro deportivo serio, ya que el simple hecho de tener unos horarios establecidos o pagar una cuota determinada son razones de peso para que te obligues a asistir.
5. Con un poquito de paciencia, rápidamente los cambios en tu cuerpo van a ir apareciendo; bien sea bajar de peso, mejorar la definición, etc. ¡La autoestima subirá como la espuma!
6. Tu calidad de vida va a crecer de forma proporcional a los logros que obtengas. El sentimiento de mejoría interior y exterior se va a reflejar en todo lo que hagas en el día a día, así como en las sensaciones que transmitas a los demás. ¡Trabaja por un tú mejor! Se trata de la medicina más efectiva.
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