De manera extendida hay muchas ideas equivocadas y mitos acerca de la quema calórica, el adelgazamiento, perder peso... Una de ellas, y que a priori, parece de sentido común, es que comer menos ayuda a perder grasa. Y eso es FALSO. Lo que sucede en realidad es que se pierde masa muscular; por ello, la pérdida de peso puede ser más que perjudicial para tu salud y tu forma física.
¿Y por qué el cuerpo se comporta así, quemando músculo y no grasa?
Si tienes descuidada la actividad física, y tu obsesión es una rápida bajada de peso mediante una reducción de ingesta de comida, en tu cuerpo no se activa ningún mecanismo que produzca una quema calórica, por lo que el mismo tiene que recurrir a la masa muscular para paliar los agravios de la descompensación alimenticia.
Se trata de algo así como una supervivencia a la que se ve sometido de manera alarmante tu cuerpo. Al consumir menos alimentos, y para tratar de continuar de manera correcta el funcionamiento corporal, el cerebro envía la orden de quemar alimentos allá donde estén alojados; y la orden comienza por los músculos. Por difícil que resulte de entender.
Y aunque resulte complicado de entender, la lógica responde a los mecanismos corporales. Si has establecido en tu cuerpo el modo supervivencia ON, éste establece que las grasas son más importantes que tu masa muscular; y es que, en efecto, los músculos consumen una gran cantidad de energía. Este proceso sobreviviente hace mermar el metabolismo con el objetivo de reducir la quema energética, y la masa muscular se torna un elemento menos útil. Excepto para aportar energía. Por tanto, al gastar las reservas musculares nuestro cuerpo obtiene energía y un organismo con una masa corporal menor, lo que supone una necesidad energética, a su vez, menor.
Al querer adelgazar quieres perder peso, no masa muscular
Si comienzas a comer menos, es bastante probable que se produzca cierta bajada de peso; ésta incluso puede ser notoria. Pero la verdad se volverá contraproducente más antes que tarde. Y es que al perder peso pierdes estado físico, pierdes tonificación y se produce una menor quema energética, por lo que existe una mayor probabilidad de que se vuelva a acumular grasa en el momento que la dieta haya terminado.
Si mantienes este hábito restrictivo de ingesta alimenticia, acabarás quemando grasa, es verdad. Pero pondrías a tu cuerpo en situación crítica y tu salud se agravaría de manera alarmante. Por lo que no es nada aconsejable.
Dieta saludable y ejercicio. La solución.
Si tu objetivo es adelgazar de manera sana, tienes dos herramientas que combinadas funcionan a la perfección: la dieta sana y el deporte. Si comes cantidades razonables y las combinas con actividad física, poco a poco la grasa irá desapareciendo. Aflorará una masa corporal sana que te hará sentir feliz y con un cuerpo proporcionalmente más tonificado.
Pero como cabía de esperar, los resultados no vienen en un día ni dos. Es necesario aplicar constancia, tanto desde el punto de vista nutricional, como deportivo. Recuerda que el ejercicio físico llega a ser adictivo, por lo que pasada la fase de esfuerzo inicial, la sensación de placer y necesidad tomará el relevo de manera paulatina; ¡la constancia ya no será una arma contra la que luchar!
¿Has hecho alguna locura para adelgazar? ¿Tienes algún truco que mejore los resultados? ¡Cuéntanoslo!
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