La hidratación, clave del rendimiento deportivo


El proceso de deshidratación que ocasiona la práctica de actividad física puede moderarse o prepararse bebiendo la suficiente cantidad de líquido, bebidas isotónicas incluidas; Estas últimas proporcionan hidratos de carbono, electrolitos y líquidos. Dicho proceso debe realizarse ANTES y DURANTE la práctica de ejercicio. 

En el mismo momento de trabajo deportivo, el agua debe ser ingerida de manera frecuente, pero dicha frecuencia dependerá de varios factores como el clima, la intensidad, la duración, y las características personales del individuo (peso y sudoración). 

En regiones con características áridas o extremadamente húmedas es aconsejable practicar deporte evitando los momentos centrales del días, evitando del mismo modo cualquier tipo de esfuerzo innecesario durante las horas mencionadas. Opta por hacer ejercicio a primera hora de la mañana o a última de la tarde. 

En el tiempo que realizas actividades físicas de baja intensidad o de corta duración, es incluso posible que ni tan siquiera sea necesario beber líquido alguno. Y en el caso de optar por hacerlo el agua es perfectamente válida. Así, y precisando que existen variedad de sabores, las de tipo isotónico son una opción altamente recomendable en prácticas ligeras. Si el ejercicio tiene una duración mayor a los 30 minutos, las bebidas de tipo isotónico, se tornan preferentes ya que reducen la sensación de esfuerzo. De este modo, el ejercicio resulta más sencillo y quien lo realiza obtendrá unos mejores resultados deportivos y una satisfacción personal mayor. 

La deshidratación puede comenzar a convertirse en un problema cuando ésta supera el 1-3% de nuestro peso corporal, de manera estadística. Una práctica prolongada en situaciones de calor extremo, y habiendo perdido tan sólo un uno por ciento de nuestro peso corporal, hace aumentar la temperatura de nuestro cuerpo, lo que es debido a una menor sudoración y a una reducción del flujo sanguíneo cutáneo estimulado por la falta de líquido. 

Está comprobado que a partir de pérdidas mayores del 2% alentadas por la práctica deportiva y en condiciones de calor, el rendimiento disminuye de manera física y mental. Siendo los niños y los adolescentes quienes puedan mostrar un incremento del riesgo de merma en las capacidades cognitivas (memoria inmediata, estados de alerta, capacidad de raciocinio, concentración, etc).

Bebe agua siempre que puedas y cuida tu alimentación. Rápidamente comenzarás a notar los resultados. 

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