1. Elimina las toxinas y suma defensas corporales.
2. Optimiza la apertura de los poros cutáneos y elimina del cuerpo metales pesados como el plomo, el mercurio, el cadmio, el zinc, el níquel, etc.
3. Elimina el rastro del alcohol, la nicotina, el sodio, el ácido sulfúrico, y reduce los niveles de colesterol.
4. Eleva las defensas y destruye los virus y las células tumorales.
5. Es un complemento anti estrés. Libera las endorfinas, por lo que ayuda a reducir el insomnio y el estrés.
6. Mejora la función cardiovascular, obligando a dilatar los vasos capilares y a bombear el corazón con mayor fuerza, manteniendo así la presión sanguínea. Para aquellos que sufren afecciones cardiovasculares no son recomendables las saunas cuya temperatura es superior a los 65º.
7. Optimiza la respiración. Mejora de manera transitoria las funciones pulmonares en enfermos con este tipo de afecciones.
8. Reduce la artritis, ejerciendo un sistema positivo sobre el sistema locomotor y y el estado psicoemocional, reduciendo notablemente los dolores artríticos.
9. Reduce el grado de celulitis y de adiposidades, así como torceduras, neuralgias, bursitis, espasmos musculares, rigidez articular, y de manera generalizada las dolencias de tipo óseo-muscular.
10. Es aliada del sueño. Relajando el cuerpo y eliminando los dolores, la sauna nos posibilita dormir mejor.
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