Pasado y requetepasado el ecuador del verano (muy a nuestro pesar y el de la mayoría) ya hemos tenido tiempo de lucir palmito: trikinis, bañadores, bikinis, tops, prendas ajustadísimas... Sin embargo, y a todos nos pasa, puede ser que algunos días nos encontremos más hinchados de lo normal a pesar de continuar en el peso de siempre. Probablemente, se trate de algo algún aspecto relacionado con lo que vamos a tratar a continuación.
1. La comida ha de ser masticada entre 15 y 20 veces, con objeto de facilitar la digestión y, evidentemente, la posible hinchazón.
2. Prueba con un yogurt en el postre. Regulará el tránsito intestinal y la flora. Opta por los enriquecidos con bifidobacterias, y si a lo largo del día puedes tomar un segundo, mejor que mejor.
3. Dile no a cualquier bebida gaseosa. Pues el gas es el responsable de la temida hinchazón abdominal. Además, puede ser que sufras intolerancia al mismo... Recuerda una cosa: ¡pajitas nunca!
4. Lleva a cabo actividad física moderada, deporte vamos. Sal a correr, realiza tus trayectos habituales en bicicleta, vete al gimnasio, etc. Los ejercicios de tipo aeróbico son los grandes aliados a la hora de quemar grasa y lograr un abdomen mucho más definido. Un consejo: aprieta el abdomen durante el día, mientras llevas a cabo las tareas del día a día. De este modo activarás las musculatura y continúas trabajando el área abdominal continuamente.
5. Evita las coles, las legumbres de cualquier tipo y los chicles. Todos ellos producen flatulencias, y es recomendable introducirlos en la dieta con moderación. Si te decantas por las legumbre como plato del día, cocínalas con comino, especia que reduce los efectos secundarios de manera notable.
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