Con la llegada del otoño son muchas las personas que se sienten aliviadas en el momento que tienen que rescatar las prendas de abrigo, tan largas y holgadas. Y es que los excesos no perdonan. Y entonces llega la dieta. Pero... ¿por qué ponernos a dieta pudiendo suplir ese sacrificio por pequeños remedios en el día a día? Toma nota y olvídate del efecto rebote, de las comidas insípidas, de los cambios de humor, los atracones a la despensa, los no puedo más...
Es por eso que desde el RCTSS os recomendamos, en situaciones normales, no practicar dieta alguna. Es decir, introduciendo pequeños hábitos saludables en el día a día, que compensen nuestras necesidades alimenticias con la cantidad de calorías que quemamos, no es necesario hacerla.
1. Haz ejercicio físico. A poco que sea, (un largo paseo, subir las escaleras de tu edificio, o desplazarte andando al trabajo) las calorías se queman. No lo dudes e inscríbete a las actividades de tu gimnasio, sal a caminar en grupos organizados, rescata la bicicleta...
2. Cambia las harinas clásicas, las refinadas por las integrales. Esto incluye todo lo que lleve harinas, claro está: pasta, arroces, panes, etc. La energía se va a liberar de manera más lenta y se va a producir una mayor sensación de saciedad.
3. Regula la ingesta de arroz, pasta y pan (es decir, carbohidratos). Concentra la mayor parte de la ración diaria en las primeras horas del día o el mediodía, evitándolos por la noche.
4. Haz 5 comidas. De esta forma la saciedad va a colmar de manera continua tu estómago y tu cerebro y vas a evitar los picoteos innecesarios. Además, al mantener el metabolismo activo, la combustión es imparable.
5. Regla el consumo de alcohol. Al tratarse de bebidas altamente calóricas y de nulo aporte nutricional, hemos de reducir su ingesta a la mínima expresión. Opta por un vaso de vino durante las comidas y sustituye en la medida de lo posible el resto de alcoholes.
6. Evita siempre que puedas los alimentos de alto contenido calórico, la 'fast food', los empanados, las salsas de tipo 'pesado', la bollería industrial, las golosinas y las bebidas gaseosas.
Pero como siempre en la vida, poner reglas es sencillo. Lo difícil es cumplirlas. Para motivarte piensa en lo bien que te sientes siempre que logras alguno de tus objetivos físicos. Y lo que padeces cuando inesperadamente, sucede lo contrario. ¿Y si todos los días fuesen de celebración? ;)
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