Claves para superar las trabas psicológicas del tenis



Junto a la red encontramos rivales de nivel. Hemos de enfrentarnos únicamente a ellos. No dejes que tú mismo luches contra tus miedos. Ese es el mayor obstáculo a superar.

La psicología aplicada al tenis debe ser importante, ya que fue precisamente en este deporte, allá por los años 70, donde comenzó a aplicarse. Gran parte de los entrenadores deportivos empezaron a darse cuenta de que únicamente con el entrenamiento técnico, táctico y físico no bastaba. A menudo se encontraban dando instrucciones a sus alumnos con la intención de motivarles, controlar sus emociones o pensamientos adversos y creer más en sí mismos. En ese momento surge el coaching deportivo y es cuando Timothy Gallwey publica un libro llamado ‘El juego interior del tenis’. El autor, relata en su libro : “El oponente que habita en la cabeza del propio jugador es más formidable que el que está al otro lado de la red.” Y es que en demasiadas ocasiones vemos cómo en el tenis se pierden oportunidades porque uno mismo se desborda.
La práctica de tenis supone una de las prácticas deportivas más complejas, en la que el deportista no puede diluir responsabilidades en otros, como sucede en otros deportes. Está solo, enfrentado en uno a uno, en partidos de larguísima duración, en los que la excelencia deportiva es vital. Así, en el momento en que pierdes la concentración o no aguantes la presión el partido ha acabado para ti.
El nivel de esta práctica deportiva aumenta progresivamente e incesantemente. Continuamente los rivales se tornan más homogéneos y aumenta incesantemente la calidad. Únicamente quien sea capaz de controlar sus propios pensamientos, administrar los nervios y la tensión, quien no decaiga ante resultados adversos, será quien sea capaz de ir escalando marcas de ranking.
La psicología deportiva es el instrumento que permite, entre dos rivales iguales, que haya un ganador. Aquel que haya sido capaz de controlar sus emociones y sus pensamientos negativos. Por ello, es muy importante no entender esta disciplina como una solución ante adversidades, resultados negativos, o ante un talento que no termina de cuajar. La psicología deportiva tiende la mano, potenciando aquellas variables que incurren de forma directa en el éxito del tenis.
Los individuos somos todo aquello que proyectamos, lo que intrínsicamente sentimos y lo que hacemos. Y los tenistas de igual manera: sus cavilaciones, emociones y su juego serán responsables de sacar de sí mismo su mejor versión.
Por ello, y desde la psicología deportiva en necesario incidir en esos 3 aspectos:
  1. Indagando en la búsqueda de pensamientos que nos aproximen al éxito:
-          Busca pensamientos de tipo positivo: en repetidas ocasiones nos hablamos a nosotros mismos de manera negativa con expresiones del tipo “no soy capaz”, “ya estoy cansado”… Así nuestro pensamiento conduce nuestra conducta directamente a un barranco llamado fracaso. Nos anticipamos en la caída y realizamos una evaluación apresurada del resultado implorando a la decepción, nublando las posibilidades racionales del partido e impidiendo la posibilidad de visionar posibles soluciones ante las dificultades que se presentan; Céntrate en tus fortalezas y mantén un lenguaje motivador que permita conservar la concentración.

- Desarrolla un análisis acertado del fracaso y de los reveses que se presenten. A menudo los tenistas aglutinan proyecciones negativas que desembarcan en una excesiva concentración, cuyo resultado invita al error en el juego. De esos primeros fallos a perder el partido hay un lapso de tiempo vital, en el que no se ha sabido, de manera acertada, dejar de lado esos puntos perdidos. Cada golpe ha de tener un objetivo en sí mismo, sin que pueda influir lo que hicimos con anterioridad o lo que pueda llegar a suceder en el futuro.

- Impulsa la concentración de manera que nada te saque fuera del partido. Mantente en el instante preciso y en el ahora.

- Céntrate en el partido. Cada uno que juegues es diferente. Los procedimientos de visualización y organización deportiva socorren el organigrama mental con el que proyectamos el juego y. por ende, aquello que va a suceder. Estamos predispuestos a jugar bien, a estar concentrados, a no perder la bola y mostrar nuestro mejor tenis.

2. Fortifica las emociones positivas durante la competición y desdeña las perniciosas:

- Fortalece tu confianza como tenista. La seguridad se deteriora prestando una mayor atención a los errores y los fallos, en lugar de visionar logros y fortalezas. Hemos de redireccionar nuestros pensamientos de manera que confiemos más en nuestras posibilidades, restando importancia a los fallos y habiendo aprendido de ellos.

- Controla los nervios y la presión: ambos afloran en los momentos en los que presuponemos que la situación nos supera; cuando creemos que vamos a decepcionar a quienes han depositado su confianza en nuestra persona y nuestro juego, o simplemente, en el momento en el que ya no confiamos en nosotros mismos.

- No temas al fracaso: desarrolla una ambición competitiva y tu espíritu de lucha. Con ambas herramientas te será mucho más sencillo no plantearte el abandono y dejar el partido en los brazos de tu rival.

3. El grado de conducta: ocuparse del pensamiento y las emociones incurre de manera directa en la eficacia como jugador de tenis. Sin embargo, las herramientas de las que dispone el coaching deportivo también asisten al jugador, mejorando su técnica y su táctica. ¡Utilízalas!

En posición contraria a la red se encuentran rivales de nivel. Enfréntate únicamente a ellos y no permitas que tú mismo seas óbice a superar.
Zoraida Rodriguez Vilchez
Psicóloga de la Salud Deportiva, coaching y RRHH

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